Felices fiestas

Hace escasos instantes que el director de El DDT me ha llamado a su despacho para encargarme una página de felicitación con motivo de las próximas fiestas. Por cierto, que al recibir su apremiante llamada mi enclenque corazón dio un vuelco peligroso suponiéndome ―¡insensato de mí!― que me quería notificar algo sobre el aumento de sueldo que le tengo solicitado desde hace nueve años, seis meses y un día.

Pero no ha sido así. Lástima. De todas formas domino las convulsiones de mi alma despedazada por el dolor y el desengaño y escribo estas líneas de salutación sobreponiéndome a la tristeza que me produce el cochambroso y debilucho estado de mis finanzas para desear en nombre de toda la redacción que pasen ustedes unas fiestas radiantes, esplendorosas, fluorescentes y tornasoladas; que no falte en sus mesas un apetitoso pavo trufado de los que venden en la tienda de ultramarinos El Ideal Gastronómico (calle del Langostino 13) y también que liben de forma copiosa el rico néctar de los famosos champañas semisecos Viriato a 18 pesetas la botella.

He viajado mucho en tranvía y sé que en este mundo nada hay comparable a la dicha que producen estas fiestas celebradas en la intimidad del hogar, sobre todo si este está amueblado con los estupendos muebles estilo vitigodinesco que fabrica y vende con grandes facilidades de pago y sin fiador los grandes almacenes El Tallercito.

Una plácida reunión hogareña animada por las risas de los niños criados con los productos vitamínicos La Pastora al tiempo que un buen aparato de radio marca Onda esparce las alegres grabaciones efectuadas por la casa El Ruiseñor Azul, especializado en discos de todas clases. Esto es lo que deseamos de todo corazón a nuestros lectores. Me embarga la emoción, poco me resta por decir, y aun mucho de lo escrito se lo debo exclusivamente a la suavidad del teclado, solo existente en las famosas máquinas de escribir marca Barcarola. La redacción en pleno se une a mí elevando sus copas de cristal irrompible adquiridas en la Cristalería Paparrúchez, plaza del Cianuro 6, para lanzar al frío espacio invernal el grito de: «¡Felices fiestas a nuestros lectores!».

Afrodisio de Camembert19


19 Importante: me permito rogar a mis admiradores, y en especial a las casas El Ideal Gastronómico, Champañas Viriato, Muebles El Tallercito, Productos La Pastora, Radios Onda, Novedades Musicales El Ruiseñor Azul, Máquinas de Escribir Barcarola y Cristalerías Paparrúchez, que si desean obsequiarme delicada y espontáneamente, tanto en especies como en metálico (admitiré incluso camisetas de felpa), no manden sus envíos a la redacción de El DDT como el año pasado, sino a mi domicilio particular, calle del Rinoceronte Pérez 23, 3.º, 1.º, pues con los tipos que corren por la susodicha redacción solo me dejarán para pasar las navidades un hueso de pollo, dos barquillos averiados y sesenta y cinco céntimos en moneda fraccionaria. Vale.